Archive | May 2013

Yo no te olvido

Querido amigo y compañero:

Me sigue saliendo el segundo calificativo porque son más los años que hemos pasado juntos que los días transcurridos desde que nos han separado.

Estoy viviendo en un limbo extraño, en algo que no es lo que hasta ahora ha sido mi vida. Es levantarse por la mañana, sin un cometido, pero con la necesidad de tener que reconstruir de nuevo mi futuro y el de mi familia. Es sentir la apabullante incógnita de no saber por qué me ha tocado. Es, en definitiva, enfrentarse a la dura realidad que nos afecta a millones de personas.

Me gustaría aparcar el llanto y transmitirte esta realidad. La del lado más dramático. Donde se sufre, se vive y se siente, con una resignación destructiva, intentado encontrar la respuesta a esta situación. La verdad, aunque suene dura, es que somos “víctimas” de un ERE injusto, pero víctimas también del abuso de poder, la arrogancia y la prepotencia de personas que, de forma arbitraria, carentes de rigor profesional, y siguiendo una “lista negra” ya predefinida, nos han señalado. Han pretendido humillarnos y dejarnos en evidencia, ante todos, con su decisión y con su maltrato indigno de la posición que ostentan, y, que refleja su escasa categoría humana.

No os podéis imaginar lo que se siente. Cuando, al igual que vosotros, hemos defendido y sacado pecho para lavar el nombre de una empresa, otrora honrosa, de la que todos nos enorgullecíamos y defendíamos como algo nuestro. En contraprestación resultamos las víctimas de un guión maquiavélico. No os lo creáis. No somos “los torpes”, “los vagos”, “los inútiles”, “los indeseables” que merecen salir de esta forma. Muchos nos conocéis desde hace muchos años. No somos muy diferentes a vosotros. Somos el resultado de la ejecución de unas listas confeccionadas por personajes sin escrúpulos que, fieles al guión impuesto, han decidido, no siguiendo criterios estrictamente profesionales, desprenderse de nosotros desde su cobardía ocultándose detrás de un Acuerdo. Somos los “daños colaterales” aceptados por un sindicalismo que hasta ahora se ha escondido en circulares y brindis al sol; pero que, en ningún momento, ha demostrado con hechos su compromiso como defensores ante el abuso y la injusticia a la que nos han sometido.

Estos PRINCIPIOS no pueden ser la antesala de un proyecto exitoso.

ME ACUERDO DE TI. Llevas tanto tiempo sujetando los Recursos, tratando de recuperar la credibilidad perdida, sufriendo los comentarios airados de quienes antes se ganaron tu confianza. Y, por supuesto, cumpliendo con disciplina todas las instrucciones aun sabiendo que muchas de ellas están alejadas de la realidad, porque sigues siendo uno de los mejores profesionales que he conocido.

 Creo saber por qué no me llamas. No eres sólo tú. Intuyo lo que está sucediendo. Yo siento un gran vacío, pero comprendo tu miedo, tu situación. Sé que en la distancia me apoyas y compartes conmigo el carácter ignominioso de esta trama; la bajeza moral de los que han participado en esta “representación”. Sientes la misma impotencia y rabia que yo, al presenciar el desprecio y la mala fe con la que han actuado. Por eso te ruego que me tengas presente. No te dejes convencer de que lo malo ya ha pasado. No consientas que se corra un tupido velo y caiga en el olvido lo ocurrido. Todos contáis con alguien cercano que ha sufrido esta situación.

¿No se podrían haber hecho las cosas de otra forma?

¿Acaso el Sr. Goirigolzarri es consciente del tipo de personas que ha designado para que de ellos dependa el futuro de tántas familias, que ha sido truncado de la manera más injusta y cobarde? ¿Quién juzga si ellos deben o no formar parte de “la lista”?

¿Qué se puede esperar de una empresa que trata así a los empleados, a su “principal activo”?

Todo esto, sin contar con la evidente disparidad de criterios a la hora de llevar a cabo el plan. El drama que se cernía sobre nosotros dependía, única y exclusivamente, de la suerte, de si tenías por encima a un técnico o director de zona digno y honrado, o, digamos, no tanto.

Todo el proceso del ERE ha sido una gran farsa: ni paros, ni manifestaciones, ni huelgas. Ya estaba pactado, los responsables sabían de antemano las condiciones definitivas y los despedidos “forzosos”. Únicamente no controlaban la voluntad del trabajador sobre su decisión de continuar o marcharse, y, aquí se llevaron una gran SORPRESA: miles de empleados decidisteis voluntariamente no seguir en la Entidad. Razones, cada uno las suyas, pero incluso han sacrificado esas razones y esas decisiones de compañeros, para incorporarnos de manera forzosa a nosotros, y, seguir con el plan trazado.

Y cómo no, nuestros “amigos”, los SINDICATOS. Esos que te apoyan incondicionalmente y “se ponen en tu lugar” pero que, hasta la fecha y siguiendo el mismo guión, han actuado de comparsa sin levantar mucho la voz. No han iniciado acciones legales contra la ejecución del ERE, aunque juristas consultados nos aseguran que tienen plena capacidad para hacerlo. Simplemente “se reservan” el derecho a ejercerlas, Dios sabe cuándo, a pesar de que ya somos 282 personas despedidas. En la calle. Mientras se han desestimado más de 1.900 peticiones de bajas voluntarias.

Su deber es demostrar a los trabajadores (a los que representan) que están del lado del débil, del desprotegido. Deben luchar contra esta aplicación del ERE sesgada, interesada, abusiva y dañina. No basta con condenar. Deben actuar en consecuencia, renunciando a una parte de esos “privilegios” corporativos, haciendo ver a sus representados que los PRINCIPIOS sindicales son más limpios y decentes que los que preconiza la empresa. No pueden olvidar que detrás de los despidos hay DRAMAS humanos.

Recientemente han desperdiciado una oportunidad para apoyarnos y se han desmarcado. Lo saben. No pueden fallar a los trabajadores, a los que hemos sufrido el caciquismo de la empresa y a los que todavía permanecen en ella.

Defenderemos nuestros derechos. Nos enfrentaremos a BANKIA y a su potente maquinaria jurídica. No nos daremos por vencidos. Nos caeremos. Nos levantaremos. Seguiremos luchando hasta que no nos queden más fuerzas. Es nuestro DEBER y nuestra NECESIDAD.

NECESIDAD, porque nuestras vidas se han visto truncadas sin motivo. Es el ocaso de una trayectoria laboral que hemos forjado durante muchos años. Es el fin de una cotización que será un obstáculo casi insalvable para conseguir una pensión digna. Es tirar por tierra tantos años de esfuerzo, renuncias a periodos de vacaciones, momentos de tensión insostenible, llantos, frustraciones… Y, por supuesto, también alegrías, buenos momentos, enorgullecimiento de marca, felicidad por la satisfacción de la labor bien hecha… Sentimientos, por desgracia, de mucho tiempo atrás. De cuando se trabajaba con motivación, convencimiento y defendiendo lo que era nuestro. Es la amputación de toda una vida.

Dicen que se conoce a la gente en los momentos difíciles.Dicen “casi todos podemos soportar la adversidad, pero si quieres saber cómo es el carácter de un hombre dadle poder…”

Pues bien, poder les han dado. PODER ABSOLUTO a éstos personajillos que han aparecido en escena de repente. Los nuevos “talentos”. Los verdugos de nuestras vidas. Ellos solos se han desenmascarado. Ahí están.

Pero aquí no acaba esto. Piensa, si no lo has hecho aún, que lo peor está por llegar y… TE PUEDE TOCAR A TI.

Gracias por haber tenido la paciencia de leer hasta el final. Es un orgullo para nosotros haber compartido nuestros mejores años, llenos de buenos (y muy malos) momentos, con el mayor “activo” de BANKIA, que sois todos vosotros. Nuestros iguales. Compañeros de fatiga inseparables. Los que comprendéis la situación en la que nos encontramos. Ahora, más que nunca, aunque sabemos que no es fácil lo que os pedimos, necesitamos sentir que estáis de nuestro lado. Por eso, compañero, te pido que no me olvides, tú siempre quedarás en mi recuerdo.

MIL GRACIAS, DE CORAZÓN.

Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista.

Después vinieron a por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era ni lo uno ni lo otro.

Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío.

Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí

1945, Martin Niemoeller (pastor protestante, 1892-1984).